sábado, 23 de junio de 2018

¡¡¡ VIVIDORAS!!!


Y ocho meses después conseguimos cuadrar agendas y nos bajamos de lo más alto del pódium de Vida de Mierder para disfrutar de unos días de vacaciones. Nos vamos por causa de fuerza mayor, la vitamina D escasea en nuestros cuerpos, las horas que le debemos a Morfeo son incontables y como diría Paquita Salas…” ¡estamos hasta el #oño de todo!” (nos hemos autocensurado por si hay menores en la sala). Así que hemos decidido que en estas vacaciones primará darse al Gin&ÑAm (entiéndase gin como gintonic).

El día de autos amanece muy temprano. Estaba Loiu sin abrir cuando llegamos y como en el día de la marmota, volvimos a sufrir el drama de la maleta. Esta vez nos hacen la media y nos dejan pasar sin tener que hacer el show de la repartición. Vuelo sin incidencias hasta que amaneció, casi llegando a Fuerteventura, el loco que llevábamos al lado. Se despertó hablando solo, en castellano con acento italiano. ”Esto no me convence”, decía mirando la nube que cubría la isla.

Pues sí amiguis, el loco tenía razón. Nos hemos venido hasta aquí, al ladito de África, para tener el mismo nubarrón que en Euskadi. En fin, estamos de vacaciones, ya despejará. Llegamos al hotel y nos dicen que tenemos que atravesar la piscina para llegar a nuestra habitación. ¡Qué maravilla! Allá que vamos, como divas atravesando la piscina con el traqueteo de nuestras maletas. ¡Un momento! Nadie se gira, nadie nos mira…no es que no se nos vea u oiga, es que en la piscina hay más edad que en un concierto de Francisco, que ya dijo él que necesitaba fanses nuevos que los suyos se le estaban muriendo por edad. En fin, que la piscina era un jubileo de sonotones y bastones. No nos importa ser las jovencitas del lugar. Nos ubicamos y por primera vez en Tordas por el mundo… ¡deshacemos las maletas! Es la primera vez que vamos a permanecer más de tres días en el mismo alojamiento con espacio suficiente para expandir nuestras pertenencias. Ropa de salir, de playa, para hacer deporte… ¡ojo! Para hacer deporte, habéis leído bien, ya os contaremos si nos hacemos healthys o no.

“Vacaciones para descansar” es nuestro lema para estos días que nos merecemos, ya que como vividoras que somos llevamos un año muy “relajado”. Primer día dedicado al descanso, a paseíto interplayas, a vararnos en la piscina en cuanto asomó el primer rayo de sol. Con entrada triunfal de Vero cayéndose por las escaleras y los grititos de Cheli amenizando su primera inmersión. Somos un cuadro. Menos mal que los guiris no nos entienden. Cenar y tras enlazar unas nueve horas de necesario sueño, nos empezamos a venir arriba. ¿Qué hay para ver por aquí? Una iglesia en Antigua. ¿Antigua? ¿Eso no es lo de Piratas del caribe? La vemos que nos pilla de camino a una peazo de playa espectacular.
Todo planes, todo energía, hasta que llegamos al buffet libre del desayuno y se nos va de las manos la alimentación. ¡Qué era aquello! ¡Dulce, salado, agrio y amargo! ¡toda la gama de sabores! Las pailas gustativas dando palmas y la goma del pantalón sufriendo en silencio teníamos. Nos da igual churro que bacon, tortita que muesli, todo para dentro pero sin perder el norte. Los guisantes ni tocar.


Que se vea bien la sacarina


Superado el desayuno y la digestión del mismo, esto costó lo suyo, nos plantamos en Antigua. Íbamos muy alegremente siguiendo las indicaciones de la chiquina de Gobe hacia la iglesia…

CHIQUINA DE GOBE- Ha llegado a su destino
CHELI- ¡si esto es el museo del queso!
VERO- ¿Cómo el museo del queso? Iglesia de Antigua dice Gobe
C- Gobe puede decir lo que quiera pero lee, “Museo del queso Majorero”
V-joder, que bien nos conoce la chiquina de Gobe




Haciendo un ejercicio de responsabilidad digestiva, huimos del museo y buscamos la iglesia. No encontramos a nadie que nos explicara nada acerca de su historia así que os contamos que pequeñita, acogedora, y el techo es de madera, nos recordó mucho a nuestra Arrateko ama. Allí fuimos a encender el velamen por los de siempre (la familia, los amiguis, los fanses…). Ya sabéis, nos sale la educación cristiana en los lugares sacros. Velamen eléctrico que no nos va mucho, somos más de la llama del señor, de la que quema. En fin, que en esas estábamos cuando nos topamos con la virgen apuñalada.







Nos impactó la imagen. No sabemos nada de ella y la actualidad nos dice que “la manada” queda libre así que, nos permitimos el lujo de bautizarla como “La Virgen de los puñales, que nos proteja en los portales”
El calor, la sed, las necesidades fisiológicas y la casualidad nos llevan a sentarnos en la terraza de un bar con solera.



Sí, Mollete nos representa y hemos decidido que la hamaca y la sombrilla también. Con lo que estamos ahorrando en comida vamos a invertir en las playas. Que no se echen los nutricionistas al cuello pero estamos haciendo dos comidas al día, desayuno y cena. De verdad que cuando normalicemos los desayunos volveremos a las cinco recomendadas, pero es imposible cuando vas como pollo sin cabeza por el buffet. Pues eso,  nosotras que hemos sido toda la vida de ir a la playa con toalla y poco más, vamos a invertir en hamaquismo para  dar un descanso a las vértebras. ¡Qué maravilla de playas! ¡Que aguas cristalinas! ¡Qué airecito que no notas el calor! ¡Qué quemassssón! ¡Mierda! ¡La guiri roja nos representa! Hay que invertir en aftersun y mira que nos hemos dejado los txines en protección solar.







Duchaditas, hidratadas y monas, nos vamos a tomar nuestra segunda comida del día…
VERO- Abre eso a ver que hay ahí
CHELI- Coliflor
V-¡¡uuuuu!! ¡CIERRA, CIERRA!
C-Si, si, a ver si nos va a saltar por error un trozo al plato. Ni hablar de eso, que la coliflor es de día laboral y estamos de vacaciones.
Tras una cena escasa y equilibrada como solo nosotras sabemos hacer, decidimos tomarnos un jariguay. Cheli se guía de oído y localiza música en directo. Pillamos mesa en primera fila para ver el espectáculo. Estamos en la Music Squire  o para nosotras, “la placita de la risa”. Comienza el show y no nos referimos a los artistas y acróbatas. Menos nosotras, todo el mundo estaba loco o borracho. El camarero se encargó de traernos ginebra y vodka como si fuéramos la Reina Madre y Boris Yeltsin en la época dorada de sus hígados. Estábamos un poquito reticentes y sobrias.



La primera señal de que no encajábamos era que la gente se empezó a venir muy arriba con la Macarena. No la virgen (¡arriba con ella!), si no con el temazo de los del Rio.



De repente se paró el dúo orquestal y salieron al ruedo tres personas en taparrabos print leopard. Eran acróbatas y bailaban el Limbo. Toda esa gente borracha y descoordinada también se animó con el limbo. Eso era para ver. Cuando le prendieron fuego al palo superior Cheli se declaró peluquera. No hubo heridos, pero tampoco video porque estábamos ojipláticas. Volvió la orquestilla y con ella dos señoras muy perjudicadas, una estaba empeñada en llevarse un nativo en taparrabos para casa. La otra, cual animadora de hotel, se dedicó a intentar reclutar bailarines entre el público. Por supuesto vino a nosotras, que con la dulzura que nos caracteriza le comentamos algo así como “Señora, para loca ya traigo a mi amiga”, o “la loca ya la traigo puesta de casa”. Son slogans con los que deberíamos hacernos unas tordicamisetas. Con caída, amplias, a lo túnica de Demis Roussos, que el algodón transpira pero es muy puñetero y encoge. La señora, al no encontrar pareja de baile, se lanzó a hacer el… ¿robot?



¿A que estáis flipando? Nosotras también, y su marido sentado en una mesa más. Pero no nos vamos a rasgar las vestiduras porque poco después vimos el futuro. Cual señoras de escena final de Dirty dancing, nos quitaremos los chales y nos echaremos al baile como estas dos.



El alcohol nos hizo efecto a la vuelta al hotel.






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