Amanecemos
en San francisco con lo que se va a convertir en tradición, Roberto haciéndose
amigui del o la que esté en recepción para pedir una toalla más. No entendemos
donde está la confusión porque nuestra reserva siempre ha sido para cuatro,
somos cuatro y nos dejan siempre tres juegos de toallas. Lo de la ducha diaria
no va con los del alojamiento, les parecerá excesiva nuestra higiene, pero
somos gente bien, gente limpia y, una vez recuperada la maleta de Cheli, gente
conjuntada también. Nos echamos a las calles y ponemos a trabajar uno de
nuestros superpoderes, el de buscar un buen desayuno por la zona. No nos falla
nunca.
Queridos
fanses, hacemos un inciso aquí para explicaros que vamos a intentar condensar
nuestra estancia en SanFran en este post. No es lo habitual pero nueve meses
después de nuestra visita, los recuerdos se agolpan en nuestras desastrosas
mentes. De hecho una de las mentes, la
que mejor memoria tiene, se halla inmersa en la preOpe así que la otra
mente se va a pasar por el forro del cerebelo la línea cronológica. Admirable
el esfuerzo de estudiar, currar y además buscar un huequito para actualizar (¿a
que si?). Sabemos que lo comprenderéis porque sabéis que somos bloggers de
mierder y hacemos lo que podemos. ¡¡Un beso tordil fanses!!
Hoy
nuestros superpoderes buscando desayuno nos llevan a pillar el tranvía y
plantarnos en el barrio de El Castro. No fallamos eligiendo local, ni destino.
En este barrio se concentra la mayor comunidad LGTB de San Francisco y es
mítico porque fue desde aquí donde Harvey Milk comenzó a luchar por sus
derechos. Enseguida localizamos el legendario TwinPeaks (primer bar
abiertamente gay), pero una conmoción en la fuerza nos indicó que en el bar de
al lado los desayunos eran mejores. El señor que regentaba el bareto dudó de
nuestra capacidad de terminarnos el desayuno.
El sinrenoooooo |
No
era Barbara la que nos esperaba, era Mikel Erentxun en el barrio latino que
ojocuiau tenía conciertazo el día de nuestra partida. Barrio latino todo muy
bien pintado, y cuando decimos bien pintado es artistícamente pintado. Cada
pared una obra de arte. Cada plato de comida Mexicana un reto para los
sentidos. Resumiendo el partido Burrito 1-Vero 0.
Paseando,
paseandito por sus calles nos perdemos un par de veces hasta que una amable
señora con perro nos intenta ubicar rumbo Golden gate. Podríamos haber ido
andando y probablemente seguiríamos
allí, así que nos decidimos por un bus. ¡Ojocuidao! El viaje en bus fue de
traca, con accidente y todo, de chapa, sin mayores problemas, que casi ni nos
enteramos, pero ya sabéis, con la suerte de cara todo el rato. Menos mal que no
afectó al aire acondicionado y al wifi. Impresionante el Golden gate y el
tráfico que tiene. Nosotras lo cruzamos andando tranquilamente, no como los
domingueros de las bicis que van a lo loco. Unas vistas espectaculares “mira
que si nos pilla aquí el tsunami”, “pues ya vendrán Magneto o Supermán a echar
una mano, que los he visto yo aquí alguna vez”, “se supone que si hay terremoto
este puente absorbe las vibraciones y…”, “tira, tira para allá a ver si nos da
tiempo a subir a un alto”.
Teníamos
muy organizado todo el viaje hasta que nos plantamos al otro lado del Golden
Gate y nos vimos un poco perdidos para ir hasta Sausalito. Contra todo
pronóstico Vero se entendió (ojocuidao, en inglés) con un señor currela que
había por allí y enseguida nos acercamos a una parada para pillar otro bus, en
un titá, nos plantamos en Sausalito. Mmmmmuy bonito, mucho barquito velero,
mucho casoplón, mucha tranquilidad, mucho jardín cuidado, muchos txines en la
zona. Respiramos el sosiego mirando a la bahía, viendo otros pueblitos
aledaños, precioso pero falta, no sabemos, un poco de ambiente, un poco de
chispa, ¡un poco de no cerrar las cosas a las cinco de la tarde!
Nos
plantamos de nuevo en Fisherman´s Wharf
que tenemos que ir al muelle a por nuestro barco, el que nos lleva en la visita
nocturna a Alcatraz. ¡Qué emoción! ¡Qué miedurri! ¡Qué expectación! ¡Que ya nos
toca! Espera, ¿esos son los bomberos? ¿Los paramédicos? Madre mía que
despliegue, que habrá pasado en el barquito que tenemos que pillar nosotras,
que de momento se ha interrumpido el desalojo. Las enfermeras se atusan el pelo
“tú y yo peluqueras”. Ha sido solo un susto, sacan a una mujer consciente y
aparentemente bien, rodeada por el ejército que ha venido a socorrerla.
Empezamos a ver por qué la sanidad es tan cara por aquí.
Y
todas al barquito, a pillar asiento fuera para que nos dé el aire de costa.
Que, vistas, que rasca empezaba a hacer, que suerte Cheli que se ha acordado de
meter los leggins en el bolso. Y dice ella toda salerosa, “me los voy a poner discretamente
aquí en un momentito”. Comienza el show. Pretende ponerse los leggins por
debajo del pantalón corto sin quitarse el mismo. Escuchamos quejíos, costuras,
lamentos, risas, y, después de hacerle un calvo a media bahía de San Francisco
lo consiguió. Parece fácil pero la técnica tiene su aquel. Os invitamos a
probarlo en casa, siempre bajo supervisión o con presencia de alguien a quien
le queráis alegrar el día con vuestro contorsionismo, porque ya sabéis, morir
por leggins es triste, pero más triste es de morir por leggins en soledad.
Llegamos
a “La Roca”. Qué bonito lo tienen todo. Que limpio el pedrusco, que firme y
poco oxidada la reja, ojo las vistas, tú te estás pudiendo ahí pero eres el que
mejor vistas tienes de la ciudad. Muy bien relatado el calvario ahí vivido por
uno de los presos en el audio guía, pero claro nos lo ponen en audio latino y
nos entra el cuarto de hora de la risa.
Nos
metimos muy en ambiente carcelario, queríamos una taza de metal para golpear
todo el rato las rejas pidiendo nuestros derechos como presas de bien:
-NO
AL ENGRUDO CARCELARIOOOO. DESAYUNO BUFFET LIBREEEEEEEEEEEE
-
NETFLIX EN LAS CELDAAAAAAAAAAAAAAAAAS
-QUE
QUITEN LA HORA DEL DEPORTEEEEEEEEEEE
Vero
se veía como presa de confianza ayudando en la biblioteca y repartiendo libros
(con el carrito roñoso) y recomendaciones
literarias por el pabellón. Y Lo que es peor, organizando a los presos en
diferentes actividades culturales:
-Venga,
venga chicos que esta semana nos toca representar para el Alcaide…¡¡ Flash
Dance!!
Pobrecita,
lo poco que iba a durar. Al Scarface Capone, aún demenciado, perdido por la sífilis, era
capaz de mandarla callar sacándole la lengua por la garganta.
Porque
sí, allí estaban Al Capone y también los
tres artistas que se escaparon. Estos, muy hábilmente, se apuntaron al taller
de papel maché de la prisión para currarse unas cabezas con pelazo y dejarlas
como señuelo para que el guarda no se percatase de su huida. Todo esto se
hubiera solucionado poniéndole unas gafitas al guardia del turno de noche. Pero
claro, aquí no invierten en sanidad así que esta gente se escapó y estarán a
día de hoy viviendo la vida loca con sus 103 años cada uno.
Resumiendo.
Hemos aprendido varias cosas útiles para
nuestra vida en esta visita.
1. No ser mala gente que vas al trullo
2.
Si vas al trullo puedes perder el tiempo tejiéndote
un jersey para el frío o te puedes apuntar a las clase útiles como son : flash
dance para la agilidad, papel maché para el señuelo.
3.
Y lo mejor. Hemos interiorizado una frase que
creemos nos puede ser muy útil para resolver conflictos en nuestra rutina
habitual y que versa así:
(Sonido
previo de alarma como si de un escape nuclear se tratara)
-
¡¡¡ A LA GALERÍA DE ARMAS!!!
Y claro,
nosotras ahora lo queremos usar todo el rato: en el trabajo, en la familia, en
la cola de la panadería, en el gimnasio…
No os perdÁis nuestra propia dramatización. A la voz: Vero, a la alarma nuclear: Cheli.
Con la
lección aprendida nos topamos con Juanra y su novia la de la mano suelta. Y es
que amig@s,
fuimos testigos de un caso claro de violencia de género. Y es que mientras
Juanra desbebía en un urinario, su novia pensó que la había abandonado y la
pobre se encontrada abandonada en una isla llena de turistas, guías, gentes de
seguridad etc… No sabemos si ella creía que la roca seguía habitada por malhechores
pero cuando se encontraron le recibió a gritos de:
-ME
HAS DEJADO SOLAAAAAAAAAA
Y en
lo que Juanra intentaba explicar que su vejiga no podía retener más el orín
ella le soltó una ostia a mano abierta en toda la nuca que la oyeron en San Francisco.
Soledad Huete de” 7 vidas” hubiese estado la mar de orgullosa. Ese chico ha tenido
que ir al fisio lo menos para recolocarle 2 vertebras cervicales. No somos de
prejuzgar pero ella estaba loquísima, y de él Rocky estaría orgulloso porque
encaja los golpes muy bien y encima pide perdón (tocateloshuevos).
Vistas
preciosas durante nuestra vuelta a la ciudad, a la bahía y a la nuca de Juanra
con toda la manaza de la loca marcada. Por favor gente NO PEGARSE.
Otro
drama tuvimos al desembarco. Una chica monísima potando en un barril mientras
sus tres amigos la miraban desde lejos en plan “yo no la conozco”. Y se
convirtió en la segunda persona a la que queríamos adoptar en este grupo
(después de Juanra,) porque según Vero “si
un amigo no te apoya en la vomitona como mínimo sujetándote el pelo, se merece que le potes en
la puta cara porque es gentuza”.
Y
con el olor a presidiario, a salitre, a indignación, a pota y a humillación
post billar, nos dirigimos al hotel para hacer maletas y despedirnos de San
Fran en particular y de este viaje maravilloso en general.
Ha
sido un viaje espectacular. Lo hemos reído, visto y comido todo Ojo que Estados
Unidos es grande y nos quedará mucho por ver, reír y comer así que, algún día,
volveremos.
Nota
final: Tras 4 h y media de turbulencias Vero vomitó en el vuelo de vuelta y
nadie le sujetó el pelo con la excusa de “que no eres Rapunsel nena”, tras lo
cual ella salió del avión gritando:
-
¡¡A LA GALERÍA DE ARMAS!! ¡¡A LA GALERIA DE
ARMAS!!
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