lunes, 15 de febrero de 2016

AQUÍ HUELE A MUERTO

Si seguís este blog con asiduidad ya conocéis nuestra rutina, madrugón y desayunaco. No había a quien criticar esta vez así que, únicamente con la misión de elegir y masticar nos damos al ambiente relajado del comedor. Desayuno de campeones y rumbo a ver molinos.  De camino nos encontramos con el zoo y entramos en bucle admirando los flamencos. “¡como molan! ¡Nunca había visto! ¡Yo tampoco! Que chulos! ¡Como molan! ¡Yo no había visto nunca! ¡Ni yo! ¡Yo tampoco!” Y así durante diez minutos admirando el color y pensando que tendrían frio, que como no se escapaban…


Don Quijote estaría orgulloso de nosotros porque vamos por el mundo admirando a los gigantes, ya sea en la Mancha o en Holanda. Como somos tordas y Rober tiene un móvil que hace virguerías nos dio por hacer el chorra desde primera hora.





La gente nos miraba raro, no por nada, simplemente por ir andando. Teníamos un día duro  por delante y nos lanzamos a ello. Primero unas compras turísticas en plena plaza Dam y a la exposición Bodyworld. La exposición nos la vendió Cheli muy bien, y allá que nos fuimos a ver cadáveres plastificados. Gente con los músculos al aire, en posturas imposibles de la vida cotidiana como saltar una valla, montar en patinete, gobernando un barco…muy instructivo todo, y además con las explicaciones de Cheli a pie de cadáver. Que si mira si fumas que pulmón se te queda, que si mira este señor con la cabeza partida como un melón, que si mira el gordinflas que grasaca tiene… No vemos claro lo de donar tu cuerpo a la ciencia y que luego te pongan follisqueando con un desconocido cualquiera, con toda la penetración al aire pero con las botas de piel puestas, no vaya a ser que pase el Doctor Scholl y encuentre imperfecciones en los pinreles. Nos debatimos entre la risa y el asco, y con miedo, en la última sala, ante una pared llena de agujeros, inconscientemente, acercamos el ojo que no el ojete para leer unas frases y unos consejos para la vida diaria. Con esta hartura de ver arterias, ciáticos y anos colganderos nos fuimos en busca del mercado de las flores. Mucho bulbo, mucho capullo y mucho imán de nevera más barato en la zona. Decidimos tomar el aperitivo en una quesería catando goudas como si no hubiera un mañana. Si nos ofrecen un vino nos quedamos a vivir. Le hicimos gasto a la muchacha, que menos. ¿y què es lo que tiene el aperitivo? Pues que da hambre, así que buscamos garito para comer dirección Museo de Vangh Gogh.



Tenemos que comentar que a estas alturas la climatología era adversa con lluvia y un viento que te helaba el alma. Nos llegamos a plantear si Vangh Gogh se cortó la oreja adrede o se le cayó por congelación en un día tonto de invierno. Con este debate llegamos hasta su museo, que estaba un poquito a tomar por saco. No somos expertos en arte, buscábamos girasoles, autorretratos y calor. De temperatura ideal, autorretratos para aburrir y “Los girasoles” en restauración, tócate los cojones.
Decidimos darnos a las drogas y nos fuimos en busca del coffeshop ideal. ¿Os podéis creer que no nos vino bien ninguno? Que si no había sofele para sentarse, que sí que humareda, que si esta gente ni una risa ni nada, todos con la mirada perdida, que si yo no quiero ver cosas raras…total que terminamos tomando una birra. En nuestra próxima visita nos ponen la alfombra roja en el hotel cristiano.




Y así más o menos termina nuestra visita porque tras escasas horas de sueño pusimos rumbo Loiu. Ha sido corta pero intensa y la terminamos con la adrenalina a tope. Empezando por “dios mío, dios mío que trae la azafata en el carrito ¡¡que hay dos cosas para elegiiiir!!”. Por cierto una era muesli, fatal. También quisimos matar a la niña poseída del asiento de al lado que se pilló una perra insistente y no callaba. No la entendíamos porque berreaba en alemán pero creemos que gritaba “¡¡yo no queria muesliiiiiii!!”. Y por último porque aterrizar en Loiu con turbulencias y viento hace que se te encoja el esfínter, ese que teníamos visualizado como ano colgandero. En fin, que casi le besamos los pies al piloto al salir, porque aterrizó divinamente. Pero parece que ni por esas se nos quitan las ganas de viajar, conocer y reir.


P.D. Volveremos pronto, más que nada porque esto lo estamos redactando desde otro destino en el que nos ha pillado una nevada del quince.

IGUAL HACE FRIO PÁ METERSE A PUTA



Nuestro segundo día en Amsterdam comienza como más nos gusta….remoloneando porque el despertador suena muy pronto. Tenemos que mirarnos esta afición al madrugón en los días de descanso porque no es normal. Turnos de ducha asignados y también los turnos de queja por la presión de la ducha, un poco de maquearte la cara, un secarte el pelo en versión penitente (de rodillas porque no llega el cable) y…al desayuno.

Dulce-salao, salao-dulce, había que reponer electrolitos, sobretodo Cheli que fiel a los Goya se nos deshidrató de emoción con Miguel Herrán, Daniel Guzmán y su Abuela y todo “A cambio de nada”.  Bueno a cambio de las quejas de “jode como moqueabas anoche”. Un poco de zumo para empujar y un critiqueo a los españoles que andaban haciéndose bokatelus para luego. ¡Eso no es así! La ley del buffet libre de desayuno es clara “come hasta que revientes en las horas estipuladas a tal efecto”. Así se os atragante el Salami en mitad de la Plaza Dam ¡Gentuza! En fin, un mojar un gofre en el cafele para calmar la indignación y caminito al primer free tour del día.
Supimos que todo iba a ir bien en cuanto Vero pisó una mierda Amsterdariana, ahí lo tuvimos claro, no moriríamos atropelladas por una bici o un tranvía. Por cierto, mensaje para Máxima de Holanda  (a su marido no nos dirigimos que no nos va a entender…):
Lo de dar prioridad absoluta al bicicletero tiene su punto. Menos coche, menos tráfico, menos polución… pero chica, un peatón tampoco hace tanto mal al ecosistema en sí, y un morir atropellad@s aunque sea por una bicicleta no debe resultar muy agradable. ¡Si tenéis cojones poner una bicicleta como transporte fúnebre! ¡mamarrach@s hombre!  Ahora en serio, si visitáis Amsterdam ir con cuidado, no tenéis prioridad como peatón ni en el paso de cebra, bueno en el paso de cebra sÍ, pero se lo pasan por el forro del zueco Holandés. Queridas madres, igual os pitaron los oídos en lo que estábamos invadiendo el carril bici, pero ¡ojocuiodao! Os vengamos en ese mismo momento.

Nos ubicamos perfectamente en la plaza Dam perdiendo el tiempo criticando a unos jóvenes con pinta alternativa (chaqueta de flecos morada, pantalón quisquillero remangado sin calcetín que-por-ahí-te-entra-una-pulmonía…) haciéndose un book fotográfico. 15 minutos perdiendo el tiempo hasta que nos percatamos que los del freetour estaban justo al otro lado de la plaza. Menos mal que esos 15 minutos estuvimos a resguardo de las inclemencias, porque soplaba una brisa al otro lado de la plaza que la del paraguas que indica “freetour” casi sale volando a lo Mary Poppins.  Nos juntamos con Lorena, nuestra guía, y al barrio rojo que nos fuimos. Muy curioso ese momento de prosti  desvestida sugerentemente en su cabina ganándose la vida a las diez de la mañana, y su amiga que viene con los recaos del eroski holandés haciéndole una visita, las dos de charleta.

Un poco de historia de esta ciudad ubicada en terreno pantanoso y edificada sobre maderas. Así están las casas que no hay una recta. Nos explicaron las tradiciones, como que les molaba la decapitación, y que ya cuando llegaron los franceses con la guillotina, aquello fue un no parar de descabezar. Eso sí, para la mujer siempre hay un premio gordo, nada de morir rápido. Por adúltera te metían en un saco con gatos y te tiraban al agua. No sabemos si morían por ataque gatuno (pobrecitos), ahogadas o directamente del asco, porque preferimos beber un trago de agua de la ría de Bilbao que meter un pie en uno de los canales. Qué color de agua... ¡argggh!

Muy buen rollo entre putas y curas. La prosti una vez realizado el servicio le preguntaba “oye, ¿y la familia que tal?”, y aquí el cliente se acordaba de los suyos, la culpa le reconcomía e iba directo a la iglesia que estaba enfrente del prostíbulo a comprar la carta de salvación. Vamos, que el curaba perdonaba previo pago y aquí todos tan contentos. Siguen funcionando un poco así, se venden como tolerantes pero la realidad es que hacienda se lleva un buen pellizco en impuestos, nos parece estupendo para ambas partes pero nos da la sensación de que se han vendido muy bien en plan “que guais somos, somos supertolerantes”. Por cierto, si queréis visitar el Barrio Rojo, daros prisa que el actual gobierno lo va a reducir y en las cabinas van a poner tiendas de lujo. Ganaran mucho menos.
El tour muy recomendable,  nos llevaron a la parte más alta de Amsterdam, que si tú te vas a la plaza de tu pueblo y te subes a una silla, pues ya estas superando en unos metros de altura a los Países Bajos. También nos contaron que en comercio los amsterdarianos eran la ostia, sobre todo los de La Compañía de la Indias que fue la primera multinacional. Estaban forrados y les permitían todo, incluso podían declarar la guerra. En este punto, por lo bajini tuvimos esta conversación…
Cheli- Anda, que si le da a Amancio (Zara) por declarar la guerra…
Vero- Yo, mientras no le dé a Dimas (cortijo) por ahí…
Cheli- Sería muy fuerte llamarte para quedar y que me dijeras que te han llamado a filas
Vero- Que fatal, estoy viendo que con el crismas navideño en un postdata nos dicen “a la batalla”
Rober- Madre mía, os iban a dar pa´l pelo, ya te estoy viendo con la armadura diseñada por Juanjo Oliva

Ataque risa por la tontuna y pasamos a temas más serios porque aquí los holandeses en la I Guerra mundial pasaron un kilo de todo y vendieron armas a los dos bandos, y en la II Guerra Mundial quisieron hacer lo mismo. Se refugiaron en Amsterdam 90.000 judíos en los años previos pensando que como eran neutrales estaban a salvo. Entonces Hitler empezó a invadir Holanda, pero de buen rollo, en plan aquí no pasa nada que sois arios pero empezando a buscar y marcar a los judíos. Los amsterdarianos se coscaron de lo que pasaba y se manifestaron en la plaza Dam por los derechos de los judíos. Aquí ya se acabó la calma tensa y los nazis entraron con todo. La verdad es que se te ponen los pelos de punta cuando oyes las cifras, más aún cuando te las dan en el monumento a los gays, lesbianas y transexuales, el sector más olvidado por la historia pero el más maltratado por los nazis. Ovación a Lorena que lo hizo muy bien, y corriendo a la cola para entrar en la casa de Ana Franck.
Una hora y media de cola con un viento helador castigando nuestras nucas, y la hipotermia llamando a nuestra puerta. No le abrimos. Son muy cucos los holandeses, antes de pagar la entrada, te ves en el hall, con calorcito, ideal, y piensas “¿Qué ostiazo nos darán por entrar aquí?” y miras a la gente que aún no ha entrado y te dices “pago lo que sea”. Nueve lereles, barato nos pareció por entrar en calor. Nos volvimos a meter de lleno en la II Segunda Guerra mundial, en la historia de Anna y su familia viviendo en silencio y a oscuras en la casa de atrás. Que angustia, aunque estaban en una situación “ideal” comparada con la que sufrieron otros y al final les tocó vivir a ellos en los campos de concentración. Es una visita que hay que hacer para evitar que algo así pueda volver a suceder.



Nos dieron las cinco de la tarde, pero no nos preocupaba porque esta gente es de cenar pronto así que nos colamos en el primer turno de cenas con esa hambruna tan característica que nos sigue allá donde vayamos. Nos dimos a la gastronomía local. Unas Bitterballen para picar, que son una especie de croquetuelas de carne de vaca picada, muy buenas, se pueden mojar en mostaza. Y para rematar un Stampottem, que puede ser en dos versiones con salchicha o albóndiga, y mira que nos gusta una buena brasbur pero nos dimos al albondigamen. Bueno, un huequito para el postre dejamos. Cheli y Rober se dieron de nuevo al gofre bañado en nutella y Vero se zampó una red velvet de nutella con frostin de chocolate blanco. Una comida calórica justificada por el frio y el ayuno prolongado.




Y con semejante tripada al tour del Barrio Rojo. Nuestro guía, Fran, fue muy explícito y nos contó las costumbres de varios bares de la zona como “Dirty dicks” (polla sucia), que tiene una pared con unos agujeritos en los que puedes meter o poner la parte de tu cuerpo que prefieras, y esperar a ver que te hacen desde el otro lado. No se recomienda poner el ojo porque seguramente tendrás que acudir al oftalmólogo de urgencia. Tenemos más historias en la recamara pero no os queremos fastidiar la visita, si queréis os las contamos en directo, podéis ir pensando en que consisten “la sonrisa del payaso” o “el trombón oxidado”. También hay arte en esta zona. Estas barandillas están entre cabinas, de camino al hotel cristiano donde tienen un estricto horario de llegada y una política de “cada uno en su cama y Dios en la de todos”. Tenéis tertulia de la biblia todas las mañanas después de maitines.





Si eres europea y mayor de edad puedes trabajar de prosti legal en Amsterdam. El tema cabinas lo llevan dos inmobiliarias y te cobran el alquiler por adelantado y en el turno que quieras, o el que puedas, o el que quede. Esto va de quince minutos en quince minutos, se negocia con el cliente en la calle y la prosti abriéndote la puertuca de la cabina. Lo que le pidas serán 50 lereles de los cuales el 40% se va en impuestos. Lo que se negocie dentro se lo lleva la trabajadora. No vamos a dar detalles de cómo negocian dentro porque estas chicas se tienen que ganar la vida. Si te van las sorpresas busca la cabina con luz roja y violeta. Esta gente está trabajando así que no vayáis a molestar, puedes pasar y mirar  pero no molestes si no quieres tema porque si les vacilas te echan pis. Sí, txis, orina, literalmente te lo tiran a la cara. No sabemos porque lo guardan pero lo tienen ahí almacenado.
Vero- Pues aquí tendríamos salida laboral porque somos mayores de edad y europeas
Cheli- Ufff pero yo mejor con babuchita, todo el día con taconazo…
Rober-  A ver, que hay que lucir pierna
Vero-  Yo me veo más con bata de guatiné, porque al abrir la puerta para negociar vaya frio
Cheli-  Sí, y una sillita para descansar
Rober- …a ver, creo que vais a morir de hambre prostituyéndoos en Amsterdam
Vero- Pues yo creo que el rollo maruja lo petaría
Cheli- Sí, rollo maruja o de enfermera pero tapada, con el pantalón largo, con el pijama de osakidantza vamos
Rober-…
Muy esclarecedor el tour. Tenéis porno en vivo, cabinas en las que por dos euros te sale una señora con movimientos sensuales preguntándote a ver qué tal te va el día…en fin, todo esto nos explicaron con la advertencia de que si entras en una cabina de masturbación te abstengas de tocar nada porque esta todo pegajoso. El tour termina en un lugar estratégico donde te orientan a lo que más te vaya ya sea sado, contacto carnal, afición por la sorpresa en agujero… Nosotros que somos gente casi de hotel cristiano, pusimos rumbo a nuestro Rembrant  (ya sabemos que no se escribe así pero hemos optado por la comodidad) haciendo una parada estratégica en el bar de abajo, con nuestro estupendo camarero con pinta de haber practicado rugby en algún momento de su vida, para tomar unas birras y un kali.








sábado, 6 de febrero de 2016

VIAJAMOS EN PLAN...¿GUARRIS?

Volvemos a la carga y esta vez hemos engañado, o nos ha engañado él, o nos hemos dejado engañar, o se ha dejado él, o no sabemos bien, pero tenemos el honor de presentar a un tordo más. Welkom Roberto!! Asustado está ya por nuestro dominio de las lenguas, no sabe la que le ha caído por saber defenderse estupendamente en inglés.
Y como a quien madruga dios le ayuda, el despertador ha sonado hoy a las cinco de la mañana. Un kilo de cubreojeras, un zati de San Blas casero (eskerrik asko Kitty, estaba buenisisimo), y Cheli y yo vamos a recoger a Roberto. Sin incidencias en el primer vuelo salvo el acostumbrado cacheo a Cheli en el que, muy amablemente, ha indicado a la señora policía que no se esfuerce mucho en buscar en los pitillos que ahí no entraba ná. Ya sentaditos en el avión tenemos que dedicar una palabras al pasajero buenorro y a la familia Trapisonda, un grupito que no es la monda si no que da un por saco interminable. Ahí había tíos y tías en continuo movimiento con sus cámaras de fotos, una prima repelente que era una señora encerrada en cuerpo adolescente y no paraba de decir sandeces… hemos descubierto que eran pamplonicas y con todos nuestros respetos hemos tenido un momento en el que les hubiéramos mandado a correr los sanfermines. Menos mal que todo mal se mitigaba mirando al buenorro, bueno, en el caso del Tordo no, pero las Tordas veíamos como estudiaba unos planos indescifrables y comentábamos “mens sana, in corpore sano”. No hay foto, que sabemos que las vais a pedir porque os gusta un pasajero buenorro, pero no, el enamoramiento queda en nuestro querido avión de Lufthansa. Gran compañía por otra parte que nos ha dado de desayunar en el vuelo. Una lástima que el chocolatito de algún miembro de la familia Trapisonda haya terminado en nuestras cazadoras. Una lástima también que nos hayamos percatado en Munich porque si no les hubiéramos dicho un  par de cositas.







Y sí, habéis leído bien, hemos hecho una escala Munich, porque nuestros horarios son muy esclavos y era la única manera de aprovechar el sábado. Un chocolatito free en el airport, y sí, de nuevo habéis leído bien, chocolate gratis, y café, y café con leche, y té… ¡estamos tan acostumbrados al low cost que nos ha parecido la ostia! Tanto es así que en el segundo vuelo, cuando las Luftansa girls han empezado a repartir sándwiches y bebidas nos ha invadido una alegría indescriptible. Casi tanto como cuando hemos descubierto que el hermano rubio de Errejón volaba con nosotros. Envidia nos ha dado el puñetero, que se ha echado un siestorro casi de pijama y orinal. Vivimos preocupados por si Pedro Sánchez nos ha llamado para formar gobierno y nosotros a lo loco en modo avión.


Y hemos aterrizado, y hemos pillado el tren divinamente. ¡qué apañaos somos! Y eso que dice Rober que nada de lavarnos el pelo y maquearnos, que estos viajes son para ir de guarris. Pero claro, queremos salir con dignidad en las fotos, y el móvil  que nos ha traído este hombre tiene tal definición que la capa de maquillaje tiene que ser potente. Vamos, que por salir dignas nos vamos a arriesgar a que nos confundan con travelos.
Nos alojamos en el Rembrant, un lugar que de momento mola y que tiene unas escaleras enmoquetadas maravillosamente estrechas y empinadas. Por supuesto nos han puesto en tó lo alto, así que aunque a priori nos gusta daremos nuestra opinión definitiva mañana después del desayuno. Nos gusta mucho la decoración de nuestra habitación…




 De momento Amsterdam nos gusta. Nos hemos echado a las calles como pollo sin cabeza a trastear y nos ha encantado perdernos entre callejas y canales. Aparte de los porros y las putas estamos viendo que se lleva mucho la Nutella (¡¡¡SIIIII!!!), y echarle pistacho a todo, de momento hoy hemos ido de sanos y lo único que hemos mezclado ha sido vino con cocacola.










viernes, 5 de febrero de 2016

SI NOS QUEREIS.... MANDARNUS OTRA VEZ PA ITALIA PER FAVORE.



Y el domingo… ¡hasta Dios descansó! No es nuestro caso. Último día en Roma y hay que aprovecharlo. Somos conscientes de que es imposible visitar todo lo que queremos ver, así que teniendo en mente que volveremos, nos echamos a las calles.
No sabemos si lo hemos comentado en algún momento, pero a estas alturas el cansancio es un como un órgano más en nuestros cuerpos. Lo toleramos, nos acompaña, nos agarrota los músculos…hay que vernos cruzando a “la romana” (a lo loco) las calles, una agarrándose los riñones, otra medio coja estilo fraga y la otra directamente haciendo testamento ¡menudo cuadro! Además del cansancio hemos depositado una FFF ciega en Marta y su mapa. El mapa también tiene lo suyo, lo hemos tenido que reconstruir a base de celo, parece el mapa del tesoro del propio Trajano del trajín que le hemos dado. Nuestro primer objetivo, pasearnos hasta la Basílica Santa María de los Ángeles y los Mártires. La idea es ir atajando, sin dar vueltas excesivas, sin andar de más… Marta y su mapa no han debido entender bien el concepto “atajo”. Vueltas y más vueltas, cuesta arriba y cuesta abajo, no sabemos si quitarle el titulo de Torda, o hacerla Torda Honoris Causa. Para mejorar la situación se nos ocurre empezar a comprar souvenirs para la familia así que ahora, además de a nosotras mismas, vamos arrastrando bolsas. Sí, hay gente que nos tiene por inteligentes.
Nos da la hora de comer y aún no hemos llegado a destino así que, muy responsablemente, decidimos parar a recuperar fuerzas. Suplis, pasta, pizza y una calzone monstruosa mientras visionamos un partido de la Roma capitaneada por Totti. Nos hemos hecho un poco de la Roma y muy de Totti porque es un tipo sencillo, canterano y humilde. Nos comprenderéis mejor si buscáis alguna foto de Totti, ahí se ve lo buen tipo que es.







Un par de vueltas más y llegamos por fin a la Basílica Santa María de los Ángeles y los Mártires. Es sorprendente porque la fachada es esta.



Pero por dentro es impresionante, muy espaciosa y luminosa y por supuesto, ricamente adornada.



Y ya lo estábamos echando de menos en este viaje. No sabemos por qué, pero cada vez que viajamos por el mundo, se nos aparece un yonqui que parece recién salido de la movida madrileña, con sus pintas de ochentero, su perfecto español y su voz de macarrónico, esta vez nos soltó algo así como…”Venga un eurillo para que no me chute más ¡que estoy limpio ya!”. Oye, ¡nos alegramos! Y seguimos nuestro camino. De basílica en basílica y me cubro el hombro porque me toca, llegamos a santa María la mayor. Se nos acaban los adjetivos descriptivos, es espectacular, y de verdad que nuestros mierdamóviles no hacen justicia a lo que vemos.



Se nos termina el día y aún no hemos visitado a Clemente. Apretamos el culo y llegamos por los pelos. De nuevo nos quedamos sin habla. Recuperamos la capacidad oratoria cuando nos dicen que no admiten pago con tarjeta. Ya nos está mosqueando un poco esto de que en suelo vaticano solo quieran txines en metálico. Nos rascamos los bolsillos, literalmente. Es como cuando se acaba el bote en un poteo que se alarga, y cada uno aporta la calderilla que le queda en el bolsillo. La taquillera nos mira como la vaca al tren, pero nos da acceso a lo que esconde la Basílica de San Clemente de Letrán.
 Dos pisos por debajo nos encontramos una casa privada romana del siglo I, con su altar dedicado a Mitra, sus habitaciones, su manantial  y su todo. Parece ser que perteneció a uno de los primeros senadores romanos que se convirtió al cristianismo, y fue lugar de reuniones clandestinas. Vamos que por aquella época estaba prohibido ser cristiano, el rollo de seguir a Jesús y su gente  era de malosos a más no poder, así que por ahí pasaron los más punkarras de la época. Al dueño del casoplón, Tito Flavio Clemente, le debieron pillar y además de cónsul, le dieron lo suyo y lo hicieron mártir también.
 Subiendo un piso damos un salto hacia delante en la historia y parece ser que nos plantamos en el siglo V con el  cristianismo ya como religión oficial de Roma. Todo despiporre de murales y color para dedicar esa primera basílica al Papa Clemente I, que debió ser contemporáneo de Tito Flavio.  No queda mucho porque a los Normandos les dio por invadir y dar fuego a todo lo que pillaban, y claro en Roma son o de reciclar o de construir encima, así que por el siglo XI les dio por construir lo que viene siendo la basílica actual.  Desde el siglo XVII,  nos han contado que los que cortan el bacalao (el cirio, o lo que sea en este caso) son los dominicos, que parece que los largaron de Irlanda con viento fresco y los acogieron aquí. Todo esto lo hemos investigado un poco a “toro pasaó”, y como somos muy de “esta chapa que no se pierda”, os la endosamos con todo nuestro cariño.
A estas alturas comenzamos a darnos cuenta de que no queremos volver al hotel porque eso supone que tenemos que hacer la maleta e irnos. Remoloneamos contemplando por última vez el Anfiteatro Flavio (Coliseo para los nos repelentes), y empezamos a sudar pensando en cómo vamos a meter las compras del día en una maletas que ya venían a punto de explotar. Antes nos regalamos un último trozo de pizza en una terraza y nos acercamos a una gellateria que tenemos fichada. Está cerca de nuestro hotel y hemos visto italianos haciendo cola en la misma, hay que ir sí o sí.
Dos euros pagados por adelantado y comienza el festival de “prueba el gellatto y si te gusta te lo pongo en el cono”. ¿Cómo no nos van a gustar si están todos buenísimos? Es difícil elegir, pero sin duda, lo más difícil, es no amorrarse a las fuentes de chocolate blanco y negro que tienen y con las que te rellenan el cucurucho. Suena hasta pornográfico, pero que te rellenen el cucurucho de chocolate es una de las mejores ideas que se le ha podido ocurrir a nadie. Si alguna vez os proponen rellenaros el cucurucho de chocolate y encima rematarlo con nata, no lo dudéis, decid…¡¡¡SIIIII!!!  Ojocuidao, no nos referimos a nata de bote, no no no, nos referimos a nata de la buena coronando el magnifico gellatto.







Decidimos sentarnos en un banquito, bajo un árbol, con música de fondo para disfrutar ese último bocado de explosión chocolateada. Un momento idílico hasta que de repente escuchamos un chorro, una catarata, un caer incesante de líquido y nos giramos para visionar a una señora con el vestido remangado meando entre dos coches. Todo muy bucólico. Qué gran imagen para llevar grabada en la retina mientras nos enfrentamos a nuestras maletas.
Ultimo sonido del despertador en Italia. Para variar nos lamentamos del cansancio y del dolor articular. La humedad de las multifuentes Romanas nos viene fatal para nuestro reuma precoz, aun así morimos de tristeza por tener que dejar la capital Italiana en particular y el país en general. Arrastramos maletón al metro, y cuando ya lo teníamos todo hablado, todo comentado, todo dicho…  ¡las dos semanas ausencia televisiva golpean en lo más hondo del encéfalo de una de las Tordas! Comienza  la conferencia (cheli lo llama conferencia nosotras, monologo) sobre “sensación de vivir 90210” en toda su profundidad. Los orígenes adoptivos de Steve Sanders, el padre mafioso de Dylan Mackey, la maravillosa y perfecta familia Walls, la superficialidad de Donna Martin y Kelly TaYlor… y terminó en las inmediaciones del aeropuerto de Santander mientras zampábamos unas ligeritas Hamburguesas. ¡Ojocuidao! Insisto, desde Roma, hasta Santander. ¡Trajano de la que te has librado!

Pena infinita. Italia nos ha conquistado. Tenemos que volver para ver la Fontana di Trevi sin andamios, las catacumbas, perdernos entres sus calles, bebernos una copa de vino en alguna Piazza, deslumbrarnos de nuevo entrando en cualquier iglesia, reencontrarnos con el Lemon soda o la birra Moretti, disfrutar la gastronomía local, comprobar que el moño en hombre sigue de moda, catar gellattos como si no hubiera un mañana, aprender historia en cada esquina e interpretarla a nuestra manera, maravillarnos con los lagos, canales, pueblos pesqueros, transportarnos a escenas de grandes películas…hemos visto mucho, pero aún nos queda mucho por descubrir así que amenazamos con volver. ¡¡¡FORZA ITALIA!!!


TUTTI IL MUNDI IN TOUR

Es sábado y contra todo pronóstico amanecemos. Agarrotadas y echas polvo, renegando de las vacaciones culturales porque las pateadas se nos están yendo de las manos. Ya hablamos hasta en sueños (Vero), no sabemos si en latín, arameo o en castellano de toda la life, dominamos tantos idiomas que tenemos un cacao importante. La zurrada es tal, que esta noche se ha caído la barra del armario y ninguna de las tres ha sido consciente de ello. Ya podía haber entrado en nuestra habitación todo el ejército del imperio romano con el Cesar a hombros cantando clavelitos, que nos hubiera dado lo mismo. Lo nuestro es purita necesidad de descanso. La verdad es que amanecemos renegando, pero enseguida nos ponemos en marcha porque a las 9:45 hemos quedado en la Piazza de España para el primer freetour del día.   
Nuestra guía es Alessandra, una arqueóloga de hablar pausado y paciencia infinita. El recorrido  terminará en el Vaticano, en la Piazza de San Pietro pero pararemos en varios puntos de la ciudad como el Panteón de Agripa, un templo dedicado a todos los dioses. Aquí, está enterrado Rafael porque así lo quiso él. Nos ha llamado la atención la inscripción tallada en su sarcófago, “Aquí yace Rafael, por el que en vida temió ser vencida la naturaleza, y al morir, temió morir ella”.





A estas alturas ya teníamos fichado al “tolosa” del grupo. Teo, un señor obsesionado con Napoleón, que pilló por banda a la guía y que preguntaba absolutamente todo con respuesta incluida, en plan… ¿no es cierto, que Cesar Augusto se tropezó en esta piedra y al caer se acordó del padre del empedrado romano? Todos éramos conscientes del marcaje que le hacía Teo a la guía, era implacable, ¡que chapa! Y mientras íbamos comentando nuevos títulos como “Teo vete a paseo” o “Teo, vete de poteo”, Marta tuvo el valor de echarle una mano a la guía. Su plan era simple pero efectivo, preguntar a la guía local un lugar bueno, bonito y barato para comer. No contaba con que Teo, la pesadez hecha persona, conocía un lugar con esas características y comenzó la explicación. Las otras dos Tordas mirábamos desde una distancia prudencial debatiéndonos entre el pánico y la risa. Ya nos estábamos viendo protagonizando “Teo se va de comida con las Tordas y las mata de aburrimiento”. Menos mal que todo quedó en un susto y pudimos recuperar a Marta. Imaginaros si no qué percal, llamando a la guardia suiza para que nos echara una mano. Por cierto, no hemos comentado el uniforme que nos lleva el ejército vaticano.



Se quedaría a gusto el que lo diseñó. Dicen que está inspirado en los frescos de Rafael. Nosotras lo único que podemos pensar es que si de repente, ahora mismo, aquí, en el Vaticano, la liamos parda y vienen estos vestidos de mamarracho a decirnos algo… No sabemos, seguramente bajo ese colorido se encuentras auténticos hombres de acción, pero los adultos en pololos de colores no imponen demasiada autoridad.
Somos gente formal que respeta los horarios de comidas así que fuimos a buscarnos la vida para llenar el buche. Llegamos a un local blanco inmaculado, con un chico estupendo que nos explico toda la carta de bocadillos y tras mucha indecisión (en ocasiones somos petardas) nos decidimos por tres bokatelus sublimes y una especie de Kas de fresa. De ahí nos fuimos al café más antiguo de Roma a tomarnos un idem, y que nos dieran el ostión culinario del día. Menos mal que no se nos ocurrió pedir postre porque si no alguna se tiene que quedar pasando el mocho.



Y como somos un poco masoquistas… ¡segundo freetour del día! Esta vez de Piazza España hasta el Coliseo. Nos libramos de Teo y nos enteramos de alguna cosilla importante. Siempre  representan a Rómulo y Remo, fundadores de la ciudad con una loba que los acogió, crió y cuido. Esa es la leyenda. Parece ser que  la loba en realidad era una prostituta (lupanar, luppus…investigad las raíces etimológicas que así os entretenéis y a lo mejor os dan un cómodo sofá en la RAE). Nuestra guía en sesión de tarde se llamaba Marta y tuvo a bien indicarnos que lo más típico de la gastronomía romana era la pasta con salsa carbonara. La interrogamos y nos indicó un lugar frecuentado por romanos que presume de servir la autentica pasta a la carbonara.  No vamos a decir el nombre, nos lo guardamos, pero no tampoco hay que ser muy avispados porque ellos, que presumen de Carbonara no se han pensado el nombre dos veces la verdad. Tuvimos la suerte de tener el hambre y que nos hicieran un hueco nada más llegar. Nos sirvieron y…



¡Gastrodevoción! Probarla y saltársenos las lágrimas fue todo uno. Hubo un momento que casi nos subimos la pasta al hombro y la paseamos por el local en procesión cantándole una saeta. Podíamos haber vivido en la ignorancia sin saber cómo es una autentica carbonara, pero ahora que lo sabemos podemos morir tranquilas. Y nos dejamos morir un poco en un banquito fuera del local. Con toda la sangre en el estómago es difícil caminar. Pues ahí estábamos con nuestras tonterías cuando para un cochazo con chofer y lunas tintadas, y se baja una pareja directa hacia el restaurante.
Vero y Marta- buaaa peazo de entrada, que nivel
Cheli- sí, sí, mucho chofer pero como no tengan reserva…- así como mohína.
V-Chica, les habrá hecho la reserva el chofer- así como lánguida, sin que le llegue bien el riego al cerebro.
M- con esta entrada tienen que tener reserva fijo- así como a menos revoluciones, si normalmente va a mil, como a unas 800 o así.
C-estos no cenan, te lo digo.
Y efectivamente, la pareja salió con las orejas gachas. Como acierta la Cheli cuando se pone rancia. No hace falta cochazo para ir a comer carbonara, se puede ir como nosotras, a lo Trajano antes de ser emperador, con los pies sucios y el dinero justo. De camino a casa nos encontramos con un percal católico que no sabemos explicar muy bien. Era como si se jugara un partido de Champions en el coliseo, con luces en la fachada y cantos cristianos en los altavoces. Estuvimos a punto de unirnos a la fiesta pero decidimos recogernos por si se nos iba de las manos la cristiandad.