lunes, 25 de julio de 2016

APUNTADAS A CCC, CALOR, CULTURA Y CUERPAZOS


Y amanecimos un  martes cualquiera en Plasencia… ¿martes? ¿Plasencia? ¡¡¡LOS MARTEEEEESSS!!! Visita obligada al mercachufli. Cinco lereles la camiseta elegante porque, como nos repitió hasta la saciedad el que regentaba el puesto, “la calidad no es cara”. El mensaje nos quedó claro porque el hombre lo repetía unas quince veces por minuto, y los del Lidl gastándose los txines en el departamento de marketing.
Sol de justicia y nos ponemos rumbo Granada, que queremos vaguear pero nos gusta un monumento también. Viaje sin incidencias hasta que topamos con el receptionman del hotel, un italiano alto que nos vio cara de tontas. Es la única explicación que podemos encontrar ante esta frase “su habitación está en la decimotercera planta, la trece”. ¿¡PERDONAAAAAAA!? Si quieres te lo decimos en romano so idiota, ¡equispalitopalitopalito! ¡Y por el respeto que le tenemos a tu país, que nos dio unas grandes vacaciones el año pasado, no te llamamos italiano de mierda! Es más, como encontremos unos cuadernillos Rubio de multiplicaciones te los vamos regalar porque ya terminó de cubrirse de gloria al indicarnos que “no van a tener problemas con las maletas, solo hay cinco escalones”. ¿Cinco?...¿CINCO? ¡Más bien cinco por cinco veinticinco so lerdooooooo!
Ducha y rumbo a la Alhambra. Arrastrar estos cuerpos a más de 38 grados debería ser categoría olímpica. ¡Con necesidad de avituallamiento constante! Avituallar es muy nuestro  y olvidar las entradas en la barra parece que también. No sufir, las recuperamos rotas y manchadas de salmorejo (al menos con producto de la tierra).
Comienza la cronoescalada mientras el censo de deportistas  granaínos nos adelanta rumbo al ex poderío patrimonial de Boabdil. Fatiga y calorina superada, superamos también la vergüenza del manchurrión de salmorejo en nuestras entradas cuando el carácter andaluz nos responde con un saleroso “¡pues anda que no es buen sitio un bar para dejarse las entradas!”
Las vistas de la nocturnidad desde el mirador de la alhambra maravillan… pero nos maravilla más el arte de la trabajadora de los palacios nazaríes que paseaba por allí gritando, “¡Ocló! ¿Alguien para las ten Ocló?” Así estuvo la pobre hasta que a eso de las diez y veinticinco se encontró con uno y… ” ¡Pero si tú eres de las ten ocló! Anda vé para allá que te abro la puerta.”



¡ATENCIÓN! Recordamos aquí que esta vez no hemos contratado ningún guía así que los datos históricos que podáis leer a continuación pueden ser reales, manipulados o directamente inventados. Licencias poéticas lo llaman algunos, escribimos lo que sale del moño lo llamamos nosotras.
Pues allá que nos lanzamos a visitar los Palacios Nazaríes, ¡que casoplón tenía Boabdil! Todo alicatado tenía Boaddil. Todo limpio, todo recogido #Boaddilqueapañadoeres







La verdad es que es impresionante. Tanto, que tuvimos que tocar. E igual de impresionante fue el grito que nos pegó el guardián del decorado. Mucho más alerta que la guardia de la noche, a ese no se le cuela un caminante blanco ni aunque se camufle con chilaba. Boabdil contrata a los mejores, nos quedó claro cuando el Guardián del decorado instaba amablemente poco después, a dos guiris buenorras a que no tocarán nada
Guardián- Chicas por favor, no se puede tocar y si sois tan amables de llevar las mochilas por delante os lo agradecería.
Guiris- ¡oh! Sorry, no sabíamos (esto hay que leerlo con acento guiri)
Guardián- ¿de dónde sois? (aquí el guardián ya medio babeando)
Guiris- Suiza
Guardián- ¡Qué casualidad! He estado hace poco (frotándose las manos)
Guiris- ¡oh! ¿Dónde?
Guardián- En Estocolmo
Guiris- …
Nosotras- JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAAJJA
Insistimos, Boabdil contrata a los mejores. Y aquí que nadie se ofenda, pero el que talló la fuente de los leones también se quedó a gusto. Ya le podían haber enseñado al muchacho un pictograma, un papiro dibujado…eran más Doraemon que leones. Nos gustaría enseñároslos, y lo vamos a intentar, pero con poca luz y nuestros móviles esto es lo que se ve…



Más vale de pedí que de robá. Por favor, seguimos buscando patrocinador para el blog y hemos pensado que también nos vendría bien una cámara de fotos. Una camarita humilde, con un objetivo de esos que desde la Alhambra podamos sacar unas fotos geniales de Jaén. Pensad que saldríais ganando. Las fotos tendrían una nitidez tal, que casi podríais oler las olivitas del tapeo del Albaicín. Ahí lo dejamos.
También conocimos la Alhambra de día. Venga subir y bajar todo el rato, con una temperatura aproximada de unos 57 grados a la sombra para ver el ajardinado de Boabdil. Menudas fuentes que tenían, bebimos en todas. La única pega que le vemos a la casita es que la pobre morisca que tenía que subir con la compra las pasaría putas. También dedujimos rápido por qué Boabdil rindió Granada… ¡La babuchita resbala en el adoquinado! Imaginaros el ridículo de caer rodando en plena defensa del fortín, no quedaría muy digno ir arrastrando la chilaba por el adoquinado. Ya se lo dijo su madre “llora como una mujer lo que no has sabido defender como hombre, y haz el favor de ir al zapatero a que os ponga unas tapas en las babuchitas a ti, y a tu ejército.”






Granada nos debe un tapeo bueno. Ya sabéis que estamos en pleno proceso de adelgazamiento, de ahí lo de los cuerpazos del título, eso y que en el bar “La Bicicleta” no nos dieron tapa. ¡Que gentuza! Menos mal que algunos respetan el tradicional tapeo y algo pudimos catar. La hora de comer no la perdemos  y nos dimos al cuscús y al hummus casero, porque ya sabéis que hay que comer legumbre dos veces por semana. No es vicio, es salud.










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