Amanecemos
en un ay… ¡Ay que dolor me duele tó! ¡Ay qué bonito! ¡Ay que hambruna! Para que
os hagáis una idea se durmieron Cheli y Vero y amanecieron Robocop y Pinochio
con articulación de madera. Estábamos descansadas y aprovechamos los 200
escalones de subida hasta el desayuno para la sesión fotográfica.
Nos
despedimos y ponemos rumbo Manarola. ¡ojocuidao! Cuando leais Manarola, debeis
saber que nosotras lo decimos con la “r” borracha a lo Dr, Iglesias Puga en su…
Pillareis
bien la pronunciación si decís cinco veces seguidas Manarola, a la quinta es
imposible tener una pronunciación sobria, parece que vas croqueta (más pedo que
Alfredo). Era la Terre que nos quedaba por ver y de la que más referencias
fotográficas teníamos, no podíamos irnos sin la mítica foto. Tras bajar la
cuesta de rigor… ¡FOTAZAS!
Coche
y alguna incidencia reseñable antes de plantarnos de nuevo en la Toscana. Íbamos
tranquilamente por la autopista adelantando camiones, cuando de repente uno nos
empezó a dar las largas insistentemente.
Nuestra primera reacción es meternos al carril de la derecha pensando que algo
llevábamos mal. Revisamos y no
entendíamos, por qué él, y solo él, insistía en darnos las largas. Empezamos a
desvariar. Que si son los primos camioneros, que si es el cuñado de Lazpi, que
si es el amigo de mi hermana, que fíjate que casualidad encontrarnos aquí y que
nos reconozcan… Ya empezamos a flipar cuando nos incorporamos al carril de la
izquierda y el camionero con afición a las largas, nos sigue haciendo la misma
maniobra. A todo esto, nosotras íbamos muy formales con el portátil y el gps
rollo oficina móvil. El colmo fue cuando otros camioneros empezaron a pitarnos aleatoriamente.
Si alguien sabe por qué se montó este percal agradeceríamos explicación, hasta
entonces, como no entendemos nada hemos
decidido que debe ser que…¡¡ estamos buenorras!!
Por
fin llegamos a Arezzo, pueblo donde se rodó la oscarizada “La vida es bella”,
es más, nos alojamos en la Piazza Grande por donde Benigni bajaba a toda leche
en la bicicleta. Hoy nos hemos planteado si utilizarían dobles porque hay unas
cuestas que ya las quisieran en etapa de montaña del Giro. Nuestro alojamiento,
“La Corte del Re” es muy recomendable, nos tocó una habita amplia y con su
piedra medieval al aire. Ya cuando nos dijeron que a ver a qué hora queríamos
que nos subieran el desayuno a la habitación, estábamos dando palmas y diciendo
¡ole ole ole Trajano! El coche también bien aparcado en modo antirrobo, es
decir, en un parking publico con el culo pegado al seto para que el ladrón
desista por temor a urticaria.
Y
hoy sí, hoy ya tocaba tarde de relajo. Bueno, antes de pasearnos por el pueblo
le dimos al blog como si no hubiera un mañana porque los fanses os ponéis muy
pesados exigiendo,. Rogamos recuerden que estamos de vacaciones. Y luego ya,
con los deberes hechos, una cata de vinos
toscaneros en terraceos ideales con una temperatura maravillosa y un ambiente
muy tranquilo. Entre la zurrada y el vinacho íbamos un poco croquetas. Decir
Manarola cuando vas croqueta es muy divertido, lo recomendamos.




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