Amanece
otro día más en Florencia. Desde la
habita huele a porccelino plancha. Hoy puede ser un gran día.
Pilas
cargadas, ponemos rumbo Siena. Es domingo y se nota en el tráfico relajado, el
gps está de buenas también, así que nos plantamos en Siena sin incidencias. La
incredulidad nos sorprendió ante la señal de escaleras mecánicas, nos parecía
una aberración que estuvieran estropeando este precioso pueblo medieval
referente de la Toscana, pero los muy pájaros las tenían escondidas, así que
bendijimos al ingeniero y subimos sin fatigas. La Catedral de Siena es como
cuando Shakira tiene evento y se pone todos los oros. ¡Tiene de todo esa
fachada! Empezando por los santos, pasando los oros y terminando en unicornios,
aún así es impresionante. Si algún experto en arte está leyendo esto, que nos
perdone.
No sabemos si es por la digestión de los
desayunos o qué, pero otra vez nos dio por la cosa de la cultura y nos pillamos
la audio guía. No cualquier audio guía, la audio guía completa de catedral,
museo, cripta y batisterio. ¡ostión cultural! Pero ostión, ostión. El Giovani
Becafumi se quedó a gusto. Es espectacular por dentro también, pero tiene
decoración hasta en el suelo. Tras doce paradas escuchando explicaciones sobre el
suelo y quince sobre el techo, empezamos a perder el norte para reencontrarnos
con el dolor cervical. Seguíamos interesadas, tanto, que estuvimos dando
vueltas como pollo sin cabeza, buscando un mosaico hasta que nos dimos cuenta
que lo habían enmoquetado… ¡si lo enmoquetas quítalo de la audioguiaaaaaa! A
partir de ahí comenzó el declive y la risa floja. Escuchar cómo “trabajaron con
esmero para termina r la preciosa imagen de la virgen con el niño…” y ver esto…
Si habéis
visto “La vida de Bryan” reconoceréis aquí al mismo y su madre, es más,
apostamos a que no le haría falta ponerse la barba para pasar por hombre en la
lapidación. Seguramente para lo que es
la historia del arte, esto está muy bonito, a nosotras nos dio el cuarto de
hora tonto. Nos dio una pájara cultural y de turista, así que las obras que
tenían silla para la contemplación, las apreciamos más. Llevamos una semana sin
parar, solo sentando el culo para comer y lo pagamos en Siena, ni el mismísimo
Trajano aguantaría este ritmo. El día tampoco acompañó, primero y hasta el momento, único
día de lluvia y frio en Italia. Nos resguardamos en una cafetería estupenda con
un terraceo que no pudimos aprovechar. Imaginaros la zurrada que llevábamos,
como es cierto que no regíamos bien, que nos dimos a la ensalada.
Estas
pedazo de vistas de la plaza del Palio teníamos desde la terraza. Las hicimos en
un momento en el que escampó, justo antes de ver a una americana volverse loca
y montar un pollo diciéndole a las camareras que el bote de crema de aceto balsámico de Modena se lo
habían rellenado de salsa barbacoa. Todo esto a grito pelado y todos pensando
“esta es boba”. Somos del norte la lluvia no nos asusta y Siena, bajo esa luz
de tormenta es preciosa. Nos queríamos haber sentado en la piazaa pero como está
en cuesta, el riesgo de hacer la croqueta y estamparte en una tienda de souvenirs
es muy alto. Callejeo y vuelta al coche bendiciendo de nuevo al ingeniero que
tuvo la gran idea de poner mecánicas de
bajada..
Grande
el GPS que a la vuelta nos deja en la mismísima puerta. Jesu, ¿ya te hemos dicho
que te queremos?. Seguimos la pateada porque habíamos catado porccelino pero no
lo habíamos visitado. Cumplimos con la tradición ,tocar hocico, y encanastar
moneda a la primera para garantizar nuestra vuelta a la ciudad.
También
hemos descubierto que las Puertas del Paraíso a la noche cierran, así que
fuimos al Palazzo Pitti a ver si nos acogían.
Pitti,
o no nos oía o estaba dándole la cena a las niñas pero nada, que no nos abrió
así que no nos quedó más remedio que hacer caso a la llamada de los Medicci e
ir a las galerías uficci a cenar. El cansancio se iba acumulando y la tontuna
iba en aumento, a estas alturas del paseo Vero todo lo que decía lo iba
cantando con la sintonía de la Parroquia, culpa mía en parte, por haberla
enganchado a este programa radiofónico. Al salir de cenar, de repente vimos
cochazos y alfombra roja en nuestro palazzo Vechio. Nos quedamos a cotillear.
Barajamos todo tipo de opciones desde salma Hayek hasta Mercedes Milá para
darnos entrada a GH16, pasando por políticos italianos. Nos sentamos, y face to
face con los seguratas empezamos a desvariar y reír a carcajadas sin parar. Que
sepáis que nos fuimos, con pena por dejar allí a nuestro David y ese ambiente
tan genial, pero nos fuimos, porque no podíamos ni con las pestañas y al día
siguiente, para variar, tocaba madrugón. Por cierto, spoiler del próximo post,
menos mal que no nos quedamos porque la que estaba en el Palazzo Vechio era
Sharon Stone y tras haber desvariado con varios buenorros internacionales, la
Stone hubiera sido una decepción.
Notareis que por la mañana Cheli sale de mitad para arriba. Que sepa todo el mundo que se disfrazó de mamarracha combinando unos pantalones con estampado floral y una sudadera con mariposas. Yo no tengo nada en contra de las prendas por separado, pero juntas son una explosión de color que desafía el sentido común. Ella ha defendido su look a muerte, aunque no me dejó fotografiarla de cuerpo entero, así que para no perder credibilidad ha prometido pasearse de esa guisa por Eibar. No os preocupéis, yo os aviso.






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