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| Obama se parte con el Blog de Tordas |
Nos pasearon por Baker Street ayudando a Sherlock a
descubrir no sabemos muy bien qué porque no entendimos nada. Eso sí, la foto la
cogimos por si era diploma y nos convalidaban primero de investigación. El
mayor riesgo de esta investigación fue pillar piojada internacional.
Y llegamos al Marvel y Vero se empezó a venir muy arriba, y
no dábamos abasto para hacer fotos, y la gente de alrededor nos copiaba
posturas, y se reían, y nos aplaudían, y nos decían “very good!”, y , y, y… el
tema fotos se nos empezó a ir de las manos.
Y cuando estábamos muy muy arriba y nos tocaba entrar en
Star Wars… ¡BAJONA! Es posible que nuestra entrada no nos permita el acceso.
Vero se echa a llorar en una esquina. Cheli no encuentra su ticket y se mueve
como el tuno de la pandereta buscándolo. Maitane nos mira en plan “¿Qué mierda
es esta de Star Wars?”. Y el equipo Getalari, compuesto por Marta, Sonia y
Marina, toma las riendas de la situación (menos mal) y entraron con todo su
morro. ¡Gracias equipo Getalari por abrirnos el camino al mundo Star Wars!
Volvimos a perder el norte con las fotos. ¡A frikipose no nos gana nadie!
Qué buena mañana con la señora Tussand, que es una señora
entre entrañable y doña Rogelia, muy conjuntada ella toda vestidita de negro,
que lo mismo te prepara un té con pastas, que te modela una cabeza o te suelta
un “¡apartarse de ahí jodio! ¡que no veo!” Se nos pasó la mañana tan rápido que
se nos olvidó derretir a la Merkel para hacernos las ingles brasileñas. No por
nada, simplemente por darle utilidad que la tienen un poco margi, nadie le hace
ni caso.
Próxima parada London Eye, o como nos gusta llamarlo a
nosotras “Golden Eyeeee”. “ene! ¡que maravilla de vistas! Uy saca el bokatelu
que hay hambre nena. ¡qué rico huele a chori-salchi en la capsula esta!” Asi
fue, esperamos a que nos encerraran en la capsula para sacar los bokatelus, ya
no había marcha atrás para la hora del almuerzo.
Tripa llena que vamos al Tour de la muerte personificada y
no hay cosa peor que irse para el otro barrio con hambruna. La primera parte
del tour dedicada a los fantasmas. Resulta que en la Torre de Londres viven los
beffeater, que son militares que gracias a sus méritos se prejubilan y viven ahí
con sus familias. Hasta aquí todo normal, pero resulta que con los beffeaters
viven también Ana Bolena y otras dos mujeres de Enrique VIII a las que dio pasaporte,
un oso polar, dos niños, un matrimonio joven… vamos que eso es como Perdidos (Lost
para los puristas), no sabes con quien te vas a encontrar. Vivos o muertos
ambiente non stop ¡alegría de jubilación!
También nos contaron los planazos de la edad media. “¡Maryyyyyy!
¡corre trae los niños que hay decapitación! ¡A ver si pillamos primera fila que
la sangre salpicada de muerto purificaaaa!” Si el verdugo era bueno eso se hacía
en un titá, si te tocaba el malo, antes de morir te troceaba like a pollo para
paella. Los métodos de tortura también lo petaban en la época. Lo mismo te
estiraban en el potro hasta arrancarte las extremidades, que te cortaban lo
colgandero y lo echaban al fuego para que lo último que olieras fuera a ti mismo
a la brasa. En nuestro caso… ¿moriríamos en nuestras propias babas al
olisquearnos? Estamos tan buenorras que a la brasa estaríamos irresistibles,
aunque no queremos comprobarlo. Eso sí, los fans muy acérrimos de William
Wallace pueden pedirse estos métodos porque es lo que le hicieron al héroe escocés
(pobrecito nuestro).
Y por último nos metimos de lleno en la historia de Jack el
destripador, en inglés Jack the ripper. ¡Ojocuidao! Ripper lo pronunciamos divinamente, como si fueramos
croqueta, vamos con un pedo del quince. Tampoco os queremos abrumar con datos
pero the ripper básicamente era un tío que asesinó a cinco prostis degollándolas
de manera eficaz para luego rajarlas en canal y robarles órganos, en la mayoría
se llevó el útero. Con los métodos deductivos aprendidos de la visita a Sherlock
hemos sacado conclusiones. El equipo de enfermeras ve posible que the ripper
fuera un estudiante de medicina desquiciado al que se le fue la olla tras tanto
estudio. Necesitaríamos una entrevista con su madre pero nos atrevemos a decir
que no se llevaban bien, algún problemilla con la subida de la paga tendrían. Bien
el muchacho de la cabeza no estaba. La policía de la época tampoco es que fuera
la mas implicada, bastante tenían con ir armados con silbatos. Total que se
liaron a acusar y por comisaria pasaron desde Sir Athur Conan Doile, hasta el
hombre elefante pasando por parte de la monarquía. Hasta aquí podemos leer,
porque ya está Eli bastante picada como para andar sacándole los trapos sucios
de la familia. Total que nunca se supo quién fue, pero tranquilidad que
confirmamos que esta palmera. Hoy día se sigue investigando el caso porque hay
gente que tiene demasiado tiempo libre. Se hacen llamar Ripperologos, lo que
vienen siendo frikis de toda la vida, y están trabajando en una aplicación
sobre the ripper (¡FRIKIIIIIIIIIS! Y ojocuidao que os lo llaman entendidas en la
materia).
Todas estas historias truculentas, sangrientas, de
evisceraciones, torturas y demás nos dejaron así como mohínas, con desazón,
como con un vacío estomacal que nos obligó a rellenarlo a base de pizza. Si va
a venir el amigo Ripper a llevarse el estómago que se lo lleve lleno y que se
moleste en hurgar en la grasilla ¡facilidades no le vamos a dar! Lo de la
prostitución aún no se contempla pero viendo los precios de la libra tampoco se
descarta. Y que sepa todo el mundo que no han encontrado a Jack porque a Marta
no le ha dado por ahí. El día que le dé por ser ripperologa, se pone a
preguntar y encuentra a Jack, a su madre y a la tia abuela que se fue a hacer
las americas.










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