sábado, 6 de febrero de 2016

VIAJAMOS EN PLAN...¿GUARRIS?

Volvemos a la carga y esta vez hemos engañado, o nos ha engañado él, o nos hemos dejado engañar, o se ha dejado él, o no sabemos bien, pero tenemos el honor de presentar a un tordo más. Welkom Roberto!! Asustado está ya por nuestro dominio de las lenguas, no sabe la que le ha caído por saber defenderse estupendamente en inglés.
Y como a quien madruga dios le ayuda, el despertador ha sonado hoy a las cinco de la mañana. Un kilo de cubreojeras, un zati de San Blas casero (eskerrik asko Kitty, estaba buenisisimo), y Cheli y yo vamos a recoger a Roberto. Sin incidencias en el primer vuelo salvo el acostumbrado cacheo a Cheli en el que, muy amablemente, ha indicado a la señora policía que no se esfuerce mucho en buscar en los pitillos que ahí no entraba ná. Ya sentaditos en el avión tenemos que dedicar una palabras al pasajero buenorro y a la familia Trapisonda, un grupito que no es la monda si no que da un por saco interminable. Ahí había tíos y tías en continuo movimiento con sus cámaras de fotos, una prima repelente que era una señora encerrada en cuerpo adolescente y no paraba de decir sandeces… hemos descubierto que eran pamplonicas y con todos nuestros respetos hemos tenido un momento en el que les hubiéramos mandado a correr los sanfermines. Menos mal que todo mal se mitigaba mirando al buenorro, bueno, en el caso del Tordo no, pero las Tordas veíamos como estudiaba unos planos indescifrables y comentábamos “mens sana, in corpore sano”. No hay foto, que sabemos que las vais a pedir porque os gusta un pasajero buenorro, pero no, el enamoramiento queda en nuestro querido avión de Lufthansa. Gran compañía por otra parte que nos ha dado de desayunar en el vuelo. Una lástima que el chocolatito de algún miembro de la familia Trapisonda haya terminado en nuestras cazadoras. Una lástima también que nos hayamos percatado en Munich porque si no les hubiéramos dicho un  par de cositas.







Y sí, habéis leído bien, hemos hecho una escala Munich, porque nuestros horarios son muy esclavos y era la única manera de aprovechar el sábado. Un chocolatito free en el airport, y sí, de nuevo habéis leído bien, chocolate gratis, y café, y café con leche, y té… ¡estamos tan acostumbrados al low cost que nos ha parecido la ostia! Tanto es así que en el segundo vuelo, cuando las Luftansa girls han empezado a repartir sándwiches y bebidas nos ha invadido una alegría indescriptible. Casi tanto como cuando hemos descubierto que el hermano rubio de Errejón volaba con nosotros. Envidia nos ha dado el puñetero, que se ha echado un siestorro casi de pijama y orinal. Vivimos preocupados por si Pedro Sánchez nos ha llamado para formar gobierno y nosotros a lo loco en modo avión.


Y hemos aterrizado, y hemos pillado el tren divinamente. ¡qué apañaos somos! Y eso que dice Rober que nada de lavarnos el pelo y maquearnos, que estos viajes son para ir de guarris. Pero claro, queremos salir con dignidad en las fotos, y el móvil  que nos ha traído este hombre tiene tal definición que la capa de maquillaje tiene que ser potente. Vamos, que por salir dignas nos vamos a arriesgar a que nos confundan con travelos.
Nos alojamos en el Rembrant, un lugar que de momento mola y que tiene unas escaleras enmoquetadas maravillosamente estrechas y empinadas. Por supuesto nos han puesto en tó lo alto, así que aunque a priori nos gusta daremos nuestra opinión definitiva mañana después del desayuno. Nos gusta mucho la decoración de nuestra habitación…




 De momento Amsterdam nos gusta. Nos hemos echado a las calles como pollo sin cabeza a trastear y nos ha encantado perdernos entre callejas y canales. Aparte de los porros y las putas estamos viendo que se lleva mucho la Nutella (¡¡¡SIIIII!!!), y echarle pistacho a todo, de momento hoy hemos ido de sanos y lo único que hemos mezclado ha sido vino con cocacola.










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